miércoles, 10 de agosto de 2011

Obstetras, parto y la necesidad de contención, humanidad y respeto..

Ahora me estoy atendiendo con el Dr. Paleari.

Un obstetra clásico, que varias recomendaban en algunos foros de internet, como buen obstetra de Omint. Tranquilo pero consistente, nos dió seguridad y nos hizo sentir que el embarazo sería bien cuidado.

Las visitas son cortas, me pesa, me toma la presión, me pide o indica alguna cosa y Kyle y yo le preguntamos alguna otra. Eso es todo.

Todavía no hablamos claramente del momento del parto y lo único que nos dijo es que él es pro parto natural y que distribuye sus pacientes entre la Trinidad, el Mater y el Instituto del Diagnóstico. Que intenta estar en todos los partos pero que eso no es humanamente posible y que, entonces, pronto conoceríamos a su partera y la gente de su equipo (pero aún no sucedió)

Mañana tenemos cita con él y llevaremos nuestra primera listita de preguntas en torno al parto.

Porque, mientras tanto, yo empecé a investigar bastante acerca de los distintos tipos de parto posibles en Argentina.

Estaba un poco reacia a meterme en ese tema porque tenía mucha cosa pro-parto domiciliario alrededor, y me encerré un poco. No soporto cuando un texto o un relato empieza diciendo "en los hospitales te mutilan, torturan, vejan a vos y a tu hijo". No me gusta que me hagan sentir (ni en este, ni en ningún otro caso) que por que la elección que realizo no está complemente fuera del sistema entonces soy una capitalista alienada completamente escindida de su cuerpo y su espiritualidad y que me van a engañar y a hacer hacer lo que ellos quieran. Los fundamentalismos me generan muchísima distancia. Hay gente buena trabajando en todos lados y gente chanta manejando cosas "muy profundas". Y yo creo, además, que cambiar el sistema desde dentro es posible. En parte, por eso soy payasa.

En resúmen, me puse a ver que si bien es cierto que muchas mujeres casi no se ocupan del tema de informarse acerca de cómo y en qué condiciones van a parir o que creen que la única forma es seguir lo que ya está institucionalizado y normalizado, y muchos profesionales se aprovechan de eso para que los partos les resulten más cómodos, también existen otros profesionales que trabajan dentro de instituciones y que están súper comprometidos con la parte humana y respetuosa de su trabajo.

Mucha gente realiza trabajos dentro de Clínicas y Hospitales, permitiendolé a las mujeres elaborar un Plan de Parto que aclare lo que quieren y lo que no, tanto para el momento del trabajo de parto, como para el nacimiento en sí mismo, como para ella y el bebé una vez que salió al mundo. Varios tienen una visión menos intervencionista y medicalizada. Y, aunque que los hay los hay, no todos le enchufan cesáreas a todas las pacientes para facturar...

No es fácil. Pero vale la pena abrir esos caminos alternativos dentro del propio sistema. Hago un paréntesis acá para decir que yo, individual y personalmente, creo que esa es una muy buena manera de colaborar con que este mundo sea un mejor lugar para vivir: abrir brechas en un sistema plagado de injusticias e intentar acercar alternativas a la gente que vive dentro de ese sistema, sin que estas sean tan extremas que les resulten inasibles. Fin del paréntesis.

Yo no me animo a tener un parto domiciliario. Al menos por ahora, ese no es mi deseo. Vivo en Buenos Aires, no en Holanda, ni en San Marcos Sierra. Si llegara a tener que trasladarme a una clínica ante una urgencia, nadie me asegura que eso no será en hora pico y me quedaré trabada en medio de un cruce de avenidas. No puedo pedirle a mi hija que trate de nacer en un momento de poco tráfico. Entonces, prefiero estar de movida en el lugar donde existan los aparatos y los profesionales adecuados para tratar la mayor parte de contingencias que puedan presentarse, en el momento.

En el instante en que, cuando hablo de algunos riesgos, la gente que se dedica a los partos domiciliarios me contesta que "al estar haciendo la elección de parir en tu casa tenés que asumir que estás haciendo esa elección" yo me contesto que no es una decisión que yo pueda asumir tan fácilmente. Confío y creo plenamente en la naturaleza. Y también sé que la naturaleza es poderosa y que no siempre es un lecho de rosas. Que por supuesto, cada cosa implica sus riesgos. Pero que ante el riesgo de una episiotomía hecha al pedo y el riesgo de que no se le pueda realizar alguna maniobra vital a mi beba por carecer de los aparatos o cosas para hacerla, prefiero doscientas millones de veces el riesgo de una episiotomía hecha al pedo. Por más que el riesgo de la episiotomía hecha al pedo tenga diez millones de veces más posibilidades de hacerse realidad que el hecho de que necesitemos algún aparato o sustancia inmediatos para la niña. Supongo que uno elije dentro de qué riesgos meterse. Y nadie me parece criticable por eso. Admiro profundamente a todas aquellas mujeres que se animaron a tener a sus niños en sus casas. Admiro su confianza y su integrad. Admiro su valentía. Pero asumo que yo no soy así.

Yo no vivo de un modo natural. Si tengo una caries, voy al dentista y me la arreglo, con anestesia, tornillos, coronas de porcelana, etc. Si bien tengo una alimentación más bien sana (y no siempre), sé que consumo cosas con químicos diariamente (lácteos no orgánicos, verduras no orgánicas que pueden haber sido rociadas con agroquímicos, gaseosas con colorante, chocolates, caramelos) Respiro todos los días de mi vida un aire viciado y tomo un agua que, aunque pase por un purificador que mi madre amorosamente nos regaló con el embarazo, debe contener cosas que no son del todo puras. Estoy en contacto diario con las onda de mi laptop y de mi celular. Manejo un auto.

En fin, por más que intento cuidar muchísimas cosas, que no consumo medicamentos salvo que sea estrictamente necesario (no me acuerdo cuándo fue la última vez que tomé un antibiótico), que trato a mi gato con homeopatía, que voy a un osteópata antes de tomar un antinflamatorio (nunca tome un antinflamatorio, de hecho, creo), que como la menor cantidad de harina blanca posible, etc., etc., etc., la verdad es que someto a mi cuerpo -y ahora al de la bebé- DIARIAMENTE, a un montón de estímulos que no son naturales. Nada me garantiza, entonces, que eso no vaya a tener una consecuencia sobre mí o la bebé, por simple que sea, para la cual este sistema poco natural en el que vivo tenga una fácil respuesta no natural también. ¿Se entiende? Vivo dentro de un sistema poco natural, en condiciones poco naturales 24 horas al día y quizás necesito, por momentos, de las soluciones poco naturales que ese sistema poco natural me brinda para paliar las consecuencias de las condiciones poco naturales en las que elijo vivir. Porque, no nos olvidemos, yo elijo día a día y con felicidad, vivir en Buenos Aires.

La cosa es que, por utópico y difícil que sea, yo quiero encontrar la manera de parir lo más naturalmente posible dentro de una institución que me asegure que si una intervención no natural es necesaria para mejorar los cosas (no hablemos siquiera de "salvar" algo, hablemos de minimizar los sufrimientos innecesarios, por ejemplo; hablemos de que prefiero una cesárea antes que que a la niña la tironeen con fórceps para sacarla de la panza... y aclaro aquí que los fórceps no son algo que se utilice en los partos domiciliarios, pero que sí utilizan algunos fundamentalistas del parto vaginal), la tenga al alcance de la mano.

Prefiero que no me inyecten oxitocina sintética, prefiero que no me hagan episiotomía si no es estrictamente necesario, prefiero que no me pongan anestesia peridural (pero no puedo estar segura de que no pediré una analgesia en algún momento del trabajo de parto si se pone muy doloroso, aunque prefiero pedirla yo y no que me la ofrezcan -no confío en mi fortaleza de carácter, je-), prefiero parir en la posición que me resulte más cómoda a mí y no al médico, prefiero que mi hemoso Kyle pueda estar conmigo, prefiero que la sala de partos sea un ambiente cálido, de luces y sonidos no estridentes, prefiero que ni bien la bebé nazca la coloquen piel a piel sobre mi pecho y la dejen ahí su primera hora de vida, prefiero que si tienen que hacerle alguna maniobra absolutamente necesaria ella siempre esté conmigo o con su papá, prefiero muchas cosas que podrían darse más fácilmente si tuviera a esta beba en mi casa pero, sin embargo, prefiero parir dentro de una institución.

En eso ando. Y en ese recorrido, me encontré con nombres como el del Dr. Beccar Varela, que atiende en el Hospital Austral de Pilar, donde hay un sistema único (y soñado, diría) de nacimientos humanizados en clínica. O como el del Dr. Herrmann, que atiende en el Mater Dei. O como el del Dr. Lodeiro (un poco vapuleado ahora porque era el obstetra de Juana Viale) pero muy reconocido por muchas madres, varios otros a los que yo no tengo acceso porque no están dentro de mi Prepaga.

Abro paréntesis acá para decir que aquellas personas que estén pensando en asociarse a una Prepaga porque están pensando en tener un bebé y piensan que les podría llegar a preocupar tener un parto lo más respetado posible, investiguen primero a qué profesionales les gustaría tener acceso y si están dentro del sistema de cobertura. Ahora yo tengo la sensación de que si me hubiera afiliado a Swiss Medical o a Galeno, tendría las cosas bastante más facilitadas. Sin hablar de OSDE ¿no?, pero las diferencias de números en la cuota era demasiado significativas para nosotros.

Yendo a mis posibilidades: parece ser que en Omint, las personas que podrían llegar a tener una visión menos intervencionista del parto son: la Dra. Margarita Martín Romero (que trabaja con la partera Edith Diez, bastante conocida por su trabajo de parto respetado en domicilio e instituciones) y el Dr. Sandro Piersichetti, que trabaja en conjunto con el Dr. Herrmann y al que yo tendría acceso por estar en los consultorios externos de la Clínica Bazterrica. También me hablaron de la Dra. Keff, que atiende en CEMIC. Y Tito Fernández parece dejarte elegir la posición en la que querés parir, por ejemplo.

Mientras tanto, también me estoy comunicando con Melina Bronfman, doula y con algunos alumnos (hermosos) que me van pasando datos que puedan llegar a ir en esta línea.

Si bien no descartamos a Paleari, tengo la sensación de que quiero conocer al menos dos propuestas y personas más. Y de que, quizás quiera tener el acompañamiento de una partera durante el embarazo. O de una doula que me ofrezca una contención emocional más cercana.

Tengo que asumir que soy una persona que, a veces puede ser muy fuerte y otras puede necesitar MUCHA contención. No tengo dudas de que voy a poder parir, por ejemplo. No me da miedo eso. Pero sí tengo que asumir que me asusta la posibilidad de todo aquello que pueda implicar un riesgo, aún el más pequeño, para la bebé.

Las contradicciones. Asumir las propias contradicciones y aceptarlas. El embarazo tiene TANTO que ver con ese trabajo que no puedo creerlo. Y no quiero imaginarme lo intenso que será entonces, cuando empieza la crianza de un hijo.

No hay comentarios: